La estudiante de Doctorado en Educación, Ana María Vásquez, realizó su pasantía en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) en Ciudad de México, desde el pasado 4 de abril. Esta pasantía se desarrolló con el apoyo de la beca de Excelencia otorgada por AMEXCID (Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo).
La UPN es la institución pública más importante de México en la formación de cuadros especializados en el campo de la educación, bajo su lema, educar para transformar, la UPN viene implementando, desde el año de 1978, estrategias y modelos pedagógicos para comprender y transformar la educación del país.
En conversación con Ana María, nos contó algunos aspectos relevantes de su paso por México, aprendizajes que seguramente le ayudarán a enriquecer su tesis doctoral y expandir su visión frente a la vida.
Aprendizajes
Los aprendizajes a nivel personal son significativos, había tenido la oportunidad de salir por fuera del país a eventos académicos y de turismo en familia, pero otra cosa es el reto de vivir por primera vez en un país diferente al tuyo. Comprendí el valor de las personas (el fallecimiento de mi abuela a la distancia fue muy difícil), pude ver las bendiciones que había recibido de Dios en mi vida cotidiana y de las cuáles no era agradecida porque parecían cosas pequeñas del diario vivir.
Un aspecto a destacar de la Ciudad es el cuidado con los árboles, además de una legislación que apoya estas acciones, por ello es común encontrar en restaurantes árboles en medio de las mesas, o también en medio de las calles (para nosotros serían árboles atravesados).
Desde lo educativo fue muy enriquecedor el trabajo desarrollado con la Dra. Laura Sánchez una experta en tecnologías aplicadas a la educación, quién a través del seminario facilitó el diálogo y la comprensión de conceptos articuladores de mi investigación.
Beneficios de la pasantía
Durante la pasantía logramos tener dos productos de divulgación que se realizaron en forma colaborativa con la co-tutora Dra. Laura Sánchez, mi tutor Dr. Wilson Bolívar y yo como estudiante.
Uno de ellos es el artículo que presentamos a la revista Saberes y Pedagogía, fue aprobado en proceso de lectura y selección por parte del Comité Editorial y el Comité Científico de la revista, ya en concordancia con lo establecido en la política editorial de la Revista, el artículo pasó al proceso de referato con pares evaluadores externos.
También con mi tutor y con la revisión de la co-tutora, logramos presentar una ponencia (Contenidos Educativos Digitales (CED): una propuesta en educación para la salud a través de procesos comunicativos multimodales) que fue aceptada en COMIE (Consejo Mexicano de Investigación Educativa) para el programa final del XIV Congreso Nacional de Investigación Educativa que se llevará a cabo en la ciudad de San Luis Potosí, espero tener los permisos del gobierno Mexicano para presentarla porque se desarrollará a finales de noviembre (y en esa fecha ya no tengo permiso para estar en el país de México, hay que esperar como logramos resolverlo).
Otro aspecto que ayudó mucho al desarrollo de mi tesis fue el indagar por el aspecto pedagógico y su relación con el uso de tecnologías en contextos escolares, esto me ayudó a descubrir un grupo de profesores destacados con experiencias valiosas frente al desarrollo de proyectos que usan las tecnologías. En México, también está el Instituto Nacional de Salud Pública que permitió el acercamiento para conocer los proyectos de aula que se desarrollaban en salud.
Durante el viaje
Me llamó mucho la atención toda la riqueza del lenguaje mexicano, es sin duda significativo compartir el mismo idioma, pero entender algunas palabras propias de la construcción cultural del contexto es muy interesante. Por ejemplo, expresiones y el uso de palabras como “chilangos”, “mande”, “latoso”, “picudo”, “carriola”, “departamento”, “tráfico”, “topes”, “morro”. Por ejemplo, la frase: Era un morro muy latoso – para nosotros sería: Era un niño muy hablador/cansón.