“El principito” de Antoine de Saint-Exupéry, un libro para siempre
Gerzon Yair Calle Álvarez
El principito es una novela corta, que fue publicada por primera vez en el año 1943, en francés e inglés, que ha logrado trascender en el tiempo y en el espacio. En el año 1951 se realizó la primera traducción al español, por Bonifacio del Carril, en Argentina. Con el propósito de celebrar el 50 aniversario, se publicó una edición de lujo. En esta ocasión, quiero recomendar a niños, jóvenes y adultos, a leer, releer, explorar, observar, palpar, descubrir, esta edición.
En la historia un aviador se encuentra perdido en el desierto y se encuentra con un pequeño príncipe, quien vive en un pequeño planeta, el asteroide B 612. Un día, el principito, decide abandonar su planeta, y visita otros planetas, cada uno de ellos habitado por un personaje: un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre de negocios, un farolero y un geógrafo, este último le recomienda visitar la Tierra.
El principito ha sido considerado un libro infantil por la forma en que fue escrito. Sin embargo, en su lectura se identifica temas más complejos que cuestionan al lector sobre el sentido de la vida, el amor, la amistad, la soledad, la pérdida, el silencio, entre otros. Por ejemplo, en el encuentro entre el principito y el zorro se establecen algunas enseñanzas sobre las relaciones humanas, quien al final le entrega un mensaje: “Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.
En la edición de lujo el lector se encontrará con las ilustraciones que inicialmente fueron hechas en acuarelas y, los escritos a puño y letra de la historia, realizados por el autor. Tener ese acercamiento a las imágenes iniciales, carga de nuevos sentidos el desarrollo de la historia nos transporta a otros mundos, nos conecta a los personajes y redefine nuestras ideas iniciales sobre la historia.
“El principito” es una historia que podemos leer a los hijos, en la escuela, en la soledad, con otro. En la cual, cada vez que nos acerquemos encontraremos otros planetas que hemos habitado o estamos habitando. Escucharemos los mensajes del zorro, las posturas del rey, las recomendaciones del geógrafo, las dudas del pequeño príncipe, perdiéndonos en otras comprensiones sobre la vida y la sociedad.